La fiesta más importante del calendario de la Iglesia ortodoxa rusa es la Pascua. Se celebra con tres besos y el intercambio de huevos de Pascua. Por lo que respecta a los huevos imperiales de Fabergé, estos comenzaron a fabricarse en 1885 cuando el zar Alejandro III encargó un huevo de Pasqua para su esposa, la emperatriz Maria Fiodorovna. El huevo recordaba a la patria de la emperatriz, Dinamarca, ya que el joyero se había inspirado en un huevo de pascua que se encontraba en las colecciones reales danesas y tanto agradó a la zarina que el zar ordenó que Carl Faberge fabricara un huevo de Pascua cada año para la zarina, estipulando solamente que el huevo fuese único y que encerrase una sorpresa.
Ahora las copias artesanales de huevos se hacen en San Petersburgo tratando de cuidar los mas mínimos detalles.
Unica pieza en stock.